Premio Dignidad 2009
El 4 de junio de 2009, Monique Altschul -Directora Ejecutiva de Fundación Mujeres en Igualdad- recibió el Premio Dignidad que otorga la Comisión "La Mujer y sus Derechos" de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, en reconocimiento a su larga y constante tarea en defensa de los derechos de la mujer.
Este premio fue creado en el año 1995 por la comisión “La Mujer y sus Derechos” de la A.P.D.H., buscando una forma de destacar la labor de aquellas mujeres que por su trabajo, su obra o su trayectoria dignifican al género femenino.
Entre las personalidades que recibieron este premio se encuentran: Angélica Gorodischer, Mariana Carbajal, Marta Maffei, Marta Pelloni, Florentina Gómez Miranda, Diana Maffia, María Adela Antokoletz, Eva Giberti, Carmen Argibay Molina, Eugenia Sacerdote de Lustig y Griselda Gambaro.
Monique Altschul es referente nacional e internacional de la lucha por la democracia y los derechos de las mujeres. Actualmente, es Directora Ejecutiva de la Fundación Mujeres En Igualdad y Directora del proyecto Mujeres por la Equidad y la Transparencia ejecutado por UNIFEM, financiado por UNDEF - proyecto pionero en Latinoamérica en abordar género y corrupción. Entre sus actividades más destacadas: coordinó el III Foro Internacional Mujeres contra la Corrupción. Fue panelista en diversos encuentros nacionales e internacionales sobre género: 13º IACC - Transparencia Internacional en Atenas, Grecia; Cumbre de Mujeres Líderes Latinoamericanas organizado por Vital Voices en Miami, EUA; 12ª Conferencia Internacional Anticorrupción en Guatemala; Conferencia DDHH, en la Universidad Nacional de San Martin, Buenos Aires. Dictó clases sobre Trata Humana en diferentes universidades nacionales e internacionales. Creó y coordinó la Red NO a la TRATA y se desempeñó como consultora para la OIM - Organización Internacional para las Migraciones en temas de Trata.
C. A. de Buenos Aires, Julio de 2009
Palabras de Monique Altschul al recibir el premio
Nunca un reconocimiento me ha emocionado tanto como éste. Recuerdo el impacto cuando me llamó Susana. Me conmovió y me perturbó a la vez. ¿Por qué?
El premio es muy importante para mí por lo que significa la APDH.
Porque la Asamblea nace en un período terrible del país, en 1975 y nace como autoconvocatoria de personas de los más diversos sectores sociales, políticos, intelectuales, sindicales y religiosos argentinos, en respuesta a la creciente situación de violencia y de quiebra de la vigencia de los más elementales derechos humanos.
Porque es multipartidaria y multisectorial: ámbito muy fin a las convocatorias de MEI.
Porque pocos de quienes ahora se proclaman defensores de los DDHH ejercieron en esos años, como lo hizo la APDH, la resistencia "política" a la dictadura, haciendo denuncias en el país y en foros internacionales, llevando a cabo iniciativas para defender a las víctimas del terrorismo de estado y sobre todo, asumiendo la función de fiscal social frente al régimen de terror.
Porque encuadra su accionar sobre la base de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Porque la Comisión de la Mujer y sus derechos, nació poco después de que la CEDAW fuera aprobada por el Parlamento Argentino en 1985. Hoy la Convención es parte de la Constitución Nacional y logramos entre muchas organizaciones que se ratificara su Protocolo Facultativo.
Hoy en día, la Comisión trabaja en los temas más graves que afrontamos las mujeres: las violencias contra las mujeres, la salud reproductiva, mujer y trabajo.
Desde la creación de Mujeres en Igualdad, Susana Pérez Gallart nos ha acompañado: en muchos de nuestros desayunos, en muchas presentaciones. Con una presencia cálida pero también crítica. Porque apreciamos la posibilidad de disentir, de confrontar ideas y seguir juntas haciendo camino.
La comisión “La Mujer y sus Derechos” de la A.P.D.H. creó el Premio Dignidad en el año 1995 para destacar la labor de aquellas mujeres que por su trabajo, su obra o su trayectoria dignifican al género femenino.
Fueron premiadas queridas amigas y mujeres a quienes respetamos por su trayectoria, muchas de ellas ligadas al pasado o al presente de MEI: Graciela Maglie, tan querida por Zita; periodistas que apoyan nuestras luchas, como Fanny Mandelbaum o Mariana Carbajal; Angélica Gorodischer, con quien co-fundamos el Grupo Mitominas, cuando apenas recuperábamos la democracia; luchadoras impertérritas como Florentina Gómez Miranda, Marta Pelloni, Adela Antokolets, o Eva Giberti, con su bravía pelea de rescate de víctimas; quienes nos iluminan con su pensamiento como Carmen Argibay, Diana Maffia, o Eugenia Sacerdote de Lustig, o con su arte comprometido como Griselda Gambaro o Marta Bianchi. Y me produce una gran emoción el hecho de que sea Susana Trimarco, premiada en 2008, por su heroica lucha contra la trata, quien me entregue hoy el premio. Mujeres que desde distintos ámbitos y desde diversas disciplinas bregan por lograr que toda forma de discriminación sea definitivamente erradicada de nuestra sociedad.
No sé con qué ánimo habrá recibido cada una de ellas este premio. A mí, el concepto de “dignidad” me perturba. (¿Será por aquello de la “vieja dama indigna”?) Revisé definiciones en enciclopedias, diccionarios y también las googleé:
El Tesauro decía: sustantivo femenino, pero: en su acepción 2 caballerosidad, nobleza, hidalguía, pundonor, lealtad, generosidad. Y su antónimo: bellaquería (en misma página había avisos para “ligar mujeres”). El concepto, a pesar de su género, sonaba tan masculino! Busqué pundonor y me encontré con amor propio con que se hace una cosa:”lo sacaré adelante, aunque sólo sea por la honrilla”. De allí pasé a honor, honestidad que me recordaron que los delitos que hasta hace poco se llamaban "contra la honestidad" pasaron a denominarse "delitos contra la integridad sexual". Una definición de Manuel Ángel Vázquez Medel, catedrático de Literatura y Comunicación de Sevilla dice: "Dignidad es calidad (humana, profesional, etc.), es responsabilidad y decencia, es fidelidad a valores e ideales nobles pero concretos y, para mí, es servicio a los demás. Sobre todo, es mantenerse íntegros e insobornables ante nuestras convicciones más profundas".
En el Foro por el derecho al aborto encontré un poema. Leo algunos versos:
Una mujer digna, decide sobre sí misma.
Una mujer digna, apoya a otras mujeres y no se dedica a discriminarlas por sus actos.
Una mujer digna, se levanta todos los días y planifica su vida para un futuro mejor.
Una mujer digna, es aquella que tiende la mano.
Una mujer digna, es la que decide quién será el padre de sus hijos.
Una mujer digna, es aquella que a pesar de todas las vicisitudes sale de su casa con una sonrisa.
Una mujer digna, es aquella que lleva a cuestas su dolor, y trata de curarlo.
Estos versos me recordaron a Las dignas, de El Salvador, esas maravillosas mujeres de América Central que desafían día a día las más terribles violencias y claman por una Vida Libre de Violencia, que repiten “Nada justifica la violencia contra la mujer…”
Responsabilidad, integridad, compromiso.
A esto nos obliga el premio. Me alegra el hecho de que todas aquellas premiadas antes que yo “sigan en carrera”, sigan anhelando, vayan por más. A eso me comprometo yo también.
Y es una promesa seria: la hago ante mis compañeras de ruta, pero sobre todo ante mis nietas y nietos, ante mis hijas e hijo y ante mi compañero de los últimos 50 años, quien entiende, acompaña y se suma a mis debates internos, mis contiendas externas, mis pasiones feministas.
¡Gracias! Mil gracias por este premio.