En la semana que inician las clases presenciales para la mayoría de la población escolar, desde la APDH seguimos pidiendo que se priorice el derecho a la vida y a la salud

APDH Nacional
Educación

El 12 febrero de 2021 se reunió el CFE y acordó el retorno progresivo a las clases presenciales de todos los niveles del sistema educativo y en todo el país. Esta decisión se vio plasmada en la firma de resoluciones y protocolos que funcionan como marco normativo para dicho retorno.

Los reportes de las agencias sanitarias afirman que persiste la circulación comunitaria del virus en numerosas localidades del país. Este lunes primero de marzo se concretará la apertura de la mayoría de instituciones educativas de todo el país.

Ello incrementará la movilización de la población y es previsible su impacto en la situación epidemiológica general. 

En las ciudades donde ya se inició con la presencialidad como Córdoba, CABA y Rosario se registran casos de contagios que dieron lugar a cierre de establecimientos  y/o grupos, lo que comprueba que el virus circula en las aulas.

En varias jurisdicciones, las comunidades educativas han podido relevar que las condiciones de infraestructura e insumos no se adecúan a los requerimientos básicos para un retorno seguro a las aulas. Muchos edificios no cuentan con ventilación adecuada, sus baños son insuficientes, carecen de espacios amplios, falta personal de limpieza, falta  personal docente para sostener la doble modalidad o el desdoblamiento de grupos, entre otras deficiencias. 

Desde la APDH, el pasado 8 de febrero instamos a las autoridades educativas nacionales y jurisdiccionales a adoptar todas las medidas a su alcance para realizar una evaluación adecuada y rigurosa de la situación y de las posibilidades de presencialidad sin perder de vista la prioridad del derecho a la vida y a la salud. El documento completo presentado al Consejo Federal puede leerse aquí

La decisión de apertura de instituciones sin adecuaciones previas no exime a los estados jurisdiccionales y al Estado nacional de sus responsabilidades tanto en la implementación como en el posterior control de los protocolos de cuidado. A su vez, consideramos que deben preverse mecanismos efectivos para revertir y reparar las consecuencias de un posible impacto negativo en la situación epidemiológica y, sobre todo, establecer estrategias claras y plausibles de ser aplicadas a la realidad de cada jurisdicción, tendientes a prevenir el aumento de casos y fallecimientos que se pudiesen producir a partir de la presencialidad escolar. 

En la semana que inician las clases presenciales para la mayoría de la población escolar, desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos seguimos solicitando:

  • Apertura de mesas de diálogo para garantizar la participación de la comunidad educativa en la construcción de definiciones consensuadas y en el monitoreo del cumplimiento de los protocolos.
  • Resolución definitiva de los conflictos salariales en las provincias que incumplen los acuerdos paritarios o adeudan salarios.
  • Todos los recursos económicos, pedagógicos y técnicos para todas las modalidades y niveles. La situación actual devela que algunas modalidades carecen incluso de personal auxiliar que pueda colaborar en la implementación de los protocolos.
  • Definición de criterios con perspectiva sanitaria, de género y social. La situación actual requiere la ampliación del personal docente y no docente así como la planificación de acciones duales (virtuales y/o presenciales)  adaptadas a las realidades de las comunidades.
  • Adecuación edilicia bajo criterios de prevención sanitaria (medición de CO2, ventilación cruzada, aforo y desinfección). El profundo deterioro a nivel infraestructura previo a la pandemia debe ser reparado. En febrero, recomendamos al Consejo Federal iniciar las clases bajo modalidad virtual mientras se adecua la infraestructura escolar.
  • Continuidad de la modalidad a distancia mientras se generan condiciones seguras para la población.
  • Garantía de conectividad y provisión gratuita de dispositivos para estudiantes y docentes. La presencialidad graduada también requiere instancias de comunicación y trabajo virtual.
  • Transporte público seguro y garantizado.

Aún estamos atravesando una pandemia. Se podrá avanzar con más celeridad y generar mejores aprendizajes en un contexto de seguridad y confianza, cuando estén dadas las condiciones para que esto sea realmente posible. Las consecuencias emocionales, sociales y económicas del aislamiento se pueden revertir, los aprendizajes se pueden recuperar. La vida no.