La APDH expresa su total indignación respecto del accionar de un sector del periodismo que replica insultos e infamias con el sólo objetivo de descalificar y amedrentar las voces de las comunidades indígenas
La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), haciendo suya la preocupación de la Secretaría de Pueblos Originarios de APDH, expresa su indignación respecto del accionar de un sector del periodismo en varias Provincias que replica insultos e infamias con el sólo objetivo de descalificar y amedrentar a quienes alzan sus voces y ponen el cuerpo en pos de garantizar los Derechos de los Pueblos Originarios reconocidos en la Constitución Nacional y un sinnúmero de pactos, tratados y convenciones internacionales que nuestro país ha firmado
Resulta al menos preocupante que en el contexto actual, donde los y las referentes de las comunidades se encuentran luchando por el derecho al territorio, se lance esta campaña difamatoria feroz, para deslegitimarles y descalificarles. Tenemos en claro que esa campaña es producto de un contubernio execrable de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial provinciales y particulares que son personeros del extractivismo salvaje que encarnan corporaciones tanto extranjeras como vernáculas.
A ello se suma un rebrote fascista de facciones que se autodenominan “salvadores de la patria” y conminan a la formación de grupos de tareas para terminar con los enemigos de la misma, entre los cuales han seleccionado a las naciones indígenas como centro preferido de sus ominosos ataques.
En estos días se ha producido un nuevo asesinato que nos demanda resituar el discurso hegemónico y poner frente a este, de modo claro y contundente, una lectura de la realidad política nacional que evidencie que quienes deberían garantizar - en ejercicio de los poderes que detentan en diversos niveles - la vigencia de los derechos humanos y la defensa de todas las vidas, se encuentran entretenidos en otros menesteres, por decirlo de un modo elegante, y están condenando a todas y todos nuestras y nuestros hijos a vivir en un país vasallo del racismo, del colonialismo y del fascismo.
El Estado argentino se construyó, en tiempos decimonónicos, sobre el imaginario de una nación deseada como homogéneamente blanca, monocultural, monolingüe; en este presente esto resulta tan atemporal como inaudito.
Si bien sabemos que está fuera de nuestro alcance modificar las tragedias del pasado, con la misma convicción sostenemos que militamos por una Matria Plurinacional, Justa, Libre, Equitativa y Soberana, que demanda ponernos al servicio de la defensa de laMadre Tierra, basándonos en la cosmovisión de los Pueblos Indígenas que nos han enseñado como alcanzar el Buen Vivir para todas y para todos.
De las Naciones originarias también hemos aprendido que el ejercicio de la política es un servicio, direccionado y condicionado a la vez por ese objetivo. Gobernar es un servicio que quienes han sido elegido no pueden soslayar: se debe “mandar obedeciendo”; y de nada sirven esas formulaciones fascistas trasnochadas que pretenden argumentar la defensa de las buenas costumbres en el nombre de Dios, si sólo se persigue difamar, descalificar y asesinar a quienes luchan dignamente.
Es evidente que nos enfrentamos a un plan siniestro que intenta restituir un orden deseado atacando a las comunidades originarias que luchan, así como a quienes le apoyan. Frente a ello consideramos que los atropellos cometidos durante siglos deben ser puestos en consideración de quienes tienen la facultad para hacerlo.
Se ha inventado la presencia de un movimiento supuestamente “subversivo”, “terrorista”. Se estigmatizó desde medios de comunicación a nuestros hermanos como tales, pero resulta claro que las víctimas están sólo de este lado. ¿Cómo se puede seguir sosteniendo tal falacia?
En síntesis:
Repudiamos el accionar de los medios de comunicación que son funcionales al racismo, al colonialismo y al fascismo. Demandamos que quienes sean dignos de ejercer las facultades de gobernar, legislar y administrar justicia, respondan cabalmente a la voluntad popular. Exigimos el esclarecimiento de todos los hechos que se han sucedido en las últimas décadas; que han traído como resultado el desalojo, el despojo y el asesinato en el
marco de la lucha por los territorios que pertenecen a las comunidades originarias.
JUSTICIA PARA JAVIER CHOCOBAR, RAFAEL NAHUEL, ELÍAS GARAY COYICOL
POR UNA LEY NACIONAL QUE PRORROGUE LA 26160 Y POR UNA LEY NACIONAL DE PROPIEDAD COMUNITARIA PARA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS
BASTA DE AMENAZAR, DIFAMAR, PERSEGUIR Y ASESINAR A QUIENES LUCHAN.