Dia Internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres y disidencias
Otro 25 de noviembre conmemorando la lucha y la organización feminista.
Otro 25 enfrentando el odio y la discriminación.
Hoy en cada mujer y disidencia hay una desocupada, una explotada, una criminalizada, una silenciada.
Hoy marchamos para enfrentar la violencia machista y la crueldad de un gobierno que nos mata de muchas maneras, para matar lo que somos, lo que defendemos, lo que vamos a construir.
Con la era Milei, se impuso la versión más brutal del capitalismo patriarcal. Estamos frente a una descarada transferencia de riquezas de los sectores pobres y medios, a los sectores más concentrados de la economía, que siempre están en manos de varones.
Las mujeres y las personas que dependen económicamente de nosotras, estamos pagando -en forma muy desigual- el peso del ajuste y el pago de la Deuda Externa con nuestro propio endeudamiento privado.
Somos víctimas del desempleo, la informalidad laboral y de la caída abrupta del salario real, y -aun cuando el gobierno lo niegue- la brecha salarial entre varones y mujeres ha ido en aumento
El retiro del Estado del sostenimiento de derechos sociales, alcanzado a lo largo de muchas décadas, lo pagamos las mujeres con nuestro tiempo, con nuestro endeudamiento y con nuestra salud.
En los hogares más pobres hay más personas que dependen de una jefa de hogar empobrecida, los cuales están siendo severamente castigados por el desguace de la seguridad social y el feroz aumento del costo de vida. La consecuencia es que más de un millón de niñes se van a la cama sin comer.
Nos matan, para matar nuestra dignidad.
Hay un ensañamiento que descarga un desprecio visceral sobre las mujeres y el colectivo lgbtiq+. Multiplican la violencia denostando nuestras existencias, nuestra militancia y la lucha que sostenemos. Construyen mensajes que perpetúan estereotipos, prejuicios, estigmatización, y la deshumanización, y mandan a disciplinarnos con sus ejércitos de odio.
Nos matan para matar nuestra desobediencia.
Se intenta volver al reduccionismo binario, dejando de lado la ESI para promover falsas teorías neoliberales que niegan el deseo, los derechos humanos y la diversidad.
Es una ofensiva que se organiza desde los sectores de derecha mas conservadores y pretende anular la voz de les que quieren denunciar. Defendemos la ESI porque protege a las infancias y brinda espacios de contención, de denuncia y de liberación.
Nos matan para callar nuestra voz.
Todos los días somos víctimas de la violencia machista, cada femicidio es político, porque esas tramas nefastas de dominación sobre nuestros cuerpos, se replican desde los vínculos íntimos hasta las instituciones en las que pedimos auxilio.
Siempre estamos en peligro.
Nos matan para sembrar el terror.
Para erradicar la violencia de género, es fundamental que ésta sea un objetivo central de las agendas públicas, porque violan los derechos humanos, porque la violencia hacia las mujeres y disidencias es un obstáculo para el desarrollo de los países y, porque es un asunto trascendental para la democracia y la gobernabilidad democrática.
Por eso necesitamos de la protección jurídica, con jueces y fiscales que trabajen con perspectiva de género. Políticas públicas que sean consecuentes con las leyes vigentes y las problemáticas expuestas. Compromiso de les funcionaries para que trabajen responsablemente y no abandonen a las víctimas y a las organizaciones que luchan y una cultura de respeto sin discriminación.
La lucha contra la violencia de género requiere del funcionamiento del Estado de derecho y de más derechos.
¿Qué quieren matar cuando nos matan?
Nos matan para disciplinarnos, nos matan para matar nuestra voz.
Nos matan para matar a nuestras amigas, nuestras madres, nuestras hijas. Nos matan porque el dolor que provocan quiebra nuestras redes de amor.
Nos matan porque no quieren vernos libres, atentas y organizadas.
Pero acá estamos, practicando distintas formas de resistencia y rebeldía feminista.
Somos las piqueteras que cortamos las calles exigiendo pan y trabajo, las docentes y las alumnas que luchan por la educación, las abuelas, las madres y las hijas de les 30.000, las que pedimos justicia, las que decimos no a la impunidad de jueces cómplices de femicidas
Somos las que sostienen hogares, las que defienden a las infancias, las que apañan a sus compañeras
Somos las que abortan y las que quieren maternar, las que defendemos nuestras elecciones sexuales, las que marchan por más derechos, las que queremos decidir libremente sobre nuestros cuerpos, las que afirmamos que el placer es revolucionario
Somos las que surgimos de los golpes, las violaciones y del fuego
Somos las detenidas desaparecidas durante la última dictadura militar
Somos todas las que no volverán
Otro 25 de noviembre nos encontrará en las calles.
Nos matan, y acá vamos a estar