Pronunciamiento propuesto por las regionales de Córdoba aprobado en la última Mesa Directiva Nacional de la APDH

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Como todos los 16 de septiembre activamos la memoria colectiva para conmemorar un aniversario más de “La Noche de los Lápices” y el Día Nacional de la Juventud. Este año con un desafío inclaudicable: no sólo el de fortalecer nuestra democracia sino también ampliarla.

En un escenario donde las desigualdades se profundizan y donde la violencia, el autoritarismo y el odio intentan imponerse en la agenda pública; reivindicamos a las juventudes militantes, organizadas y participativas que luchan con la firme convicción de construcción colectiva, empatía y justicia social. Ayer la generación de los diez estudiantes secundarios secuestrados en La Plata aquel 16 de septiembre de 1976, otros centenares de alumnos universitarios y secundarios en diversos puntos del país y particularmente en Córdoba que intensificaron la militancia en los años 60/70 por un país más justo e inclusivo, sirven de base para que hoy las juventudes que le dan cuerpo a las luchas ambientales, la de los colectivos feministas y diversidades, estudiantiles y sindicales, etc., sean la continuidad en la lucha por Memoria, Verdad y Justicia.

Los actuales episodios de violencia social y política, las reivindicaciones de ciertos sectores sobre las prácticas de la dictadura, la pretendida imposición de la teoría de los dos demonios y el Negacionismo, nos hacen replantear el enfoque de Derechos Humanos desde otra dimensión: la de su conexión intrínseca con los modelos de desarrollo y la participación popular, de personas o comunidades.

La violencia institucional ejercida principalmente sobre las juventudes, es un hito de la actualidad que no podemos dejar de repudiar y exigir su cese inmediato, máxime en la significancia de estas fechas. Y que además el carácter represivo y autoritario o “de mano dura” que ostentan algunos estamentos estatales, no hacen más que atacar la convivencia democrática, pero sobre todo el derecho a la participación y la autodeterminación de nuestros pueblos.

Está claro que el modelo extractivista, de endeudamiento y de sometimiento al que aluden permanentemente las derechas, atenta contra la efectivización de los derechos para todos y todas. Las faltas de políticas contra el saqueo ambiental y los incendios del bosque nativo, la tala, el desmonte, la destrucción del ecosistema y la eliminación de miles de seres vivos en beneficio de las faraónicas obras de cemento, de la extensión de la frontera agropecuaria y de la especulación inmobiliaria, constituyen un ecocidio que pone en riesgo el nuestro futuro. La represión gubernamental y la judicialización de la lucha que llevan a cabo los defensores ambientales por la destrucción que están sufriendo los ecosistemas serranos en Córdoba y todo el país, es INADMISIBLE.-

Además de la persecución judicial, el saqueo ambiental, la represión y violencia estatal, la falta de soluciones que detengan los femicidios en manos del patriarcado; los recortes en educación, salud; el retorno de las políticas del FMI que se vislumbran en los indicadores de pobreza y desocupación, cuya política de sometimiento económico desencadena la postergación y exclusión social de las grandes mayorías, y otras políticas sociales en diferentes niveles y poderes del Estado no sólo son emergentes del proyecto neoliberal, sino también el indicio de una democracia cada vez más restringida.

Debemos disputar un país más igualitario y solidario. Apremian políticas sociales en donde los y las jóvenes no sean perseguidos por su situación social, en donde las infancias puedan acceder a una alimentación completa, que las familias puedan tener la tranquilidad de un trabajo y acceso a una vivienda digna.

Las deudas pendientes con las y los compañeros que hoy recordamos y cuyos ideales reivindicamos, también son con la actual democracia, que reclaman urgencia en la aplicación de soluciones de fondo a las resentidas necesidades populares básicas, y que garanticen la vigencia plena de los derechos humanos con políticas públicas de inclusión.-

Será momento de volver a preguntarse cómo se defiende y cómo se ensancha la democracia. Traigamos al presente el legado de solidaridad, igualdad y unidad de aquellos compañeros que recordamos, será momento de construir junto a las juventudes un futuro mejor. Será el tiempo de poner a girar la rueda del famoso diálogo intergeneracional para que, de generación en generación, el empoderamiento popular, la democracia participativa y los derechos para todxs sea una realidad vigente y duradera.

Que nuestros jóvenes de hoy, sean los portadores de la obligación de mantener activas las consignas de Memoria, Verdad y Justicia, que se construyen y fortalecen en la disputa diaria por un país más igualitario y solidario, es muestra que los lápices siguen escribiendo....

¡30 mil compañerxs detenidxs-desaparecidxs, presentes, ahora y siempre!