DOCUMENTO POLÍTICO DE APDH 2024: "¡Que nada nos distraiga en esta hora crucial!"

La APDH frente a un gobierno de extrema derecha

Esta Asamblea Federal se celebra en tiempos en que gobierna la extrema derecha en Argentina. Se trata de un escenario inédito. El pasado 10 diciembre tras asumir el gobierno nacional, Javier Milei y Victoria Villarruel impulsaron políticas de avasallamiento de derechos  y vulneración de garantías básicas, imponiendo un modelo neoliberal a ultranza y de claro sesgo reaccionario, cuyos primeros efectos son la vertiginosa pauperización de las clases populares y el saqueo a gran escala de bienes y servicios públicos comunes.

Esta realidad demanda la unidad de acción del campo popular y sus organizaciones, que permitan dar respuesta a la violencia desplegada desde el poder contra los más vulnerables. Una unidad que permita elaborar estrategias de resistencia para enfrentar al régimen de hambre y muerte que intentan imponernos.

Las ideas y los valores fundamentales que nutren a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) deben ser un punto de partida para elaborar diagnósticos propositivos y acciones concretas capaces de definir el momento y responder a las políticas en curso, con organización y en unidad, en donde prime la defensa de la vida, la libertad y la dignidad humana y los derechos fundamentales sean respetados sin vacilación alguna. En un mundo donde prime la solidaridad y el principio de autodeterminación de los pueblos, la no injerencia externa y se haga carne en las naciones la imperiosa necesidad de la paz con justicia social, en el marco de un modelo de desarrollo universal sustentable.

En esa inteligencia, tenemos por delante el desafío de seguir construyendo una APDH plural, democrática, diversa, federal, intercultural, intergeneracional, con capacidad suficiente para articular  las luchas presentes y combatir las graves violaciones a los derechos humanos que día a día detectamos a lo largo y lo ancho de nuestro país y de la región.  

Una APDH que siga alentando sin pausa como lo viene haciendo, el proceso de Memoria Verdad y Justicia, del que forma parte indisoluble junto a otros muchos organismos hermanos de Derechos Humanos, y las causas de lesa humanidad en la que es parte querellante, en tanto fundamento y razón original de su existencia, y ello lo enlace con las demandas del movimiento feminista, las comunidades originarias, LGBTTQI+ y el ambientalismo.  Una Apdh que profundice la lucha por la concreción del conjunto de derechos emergentes de los Pactos y Tratados internacionales.

Advertimos con preocupación y así lo hemos señalado en distintas tribunas, el avance de los discursos de odio, el negacionismo y peor aún, la reivindicación de los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura cívico militar, que han ganado presencia en la agenda pública, habilitando nuevas amenazas y ataques a referentes y militantes de  derechos humanos.

Sin duda alguna, a partir de los debates de campaña durante el año 2023 se instaló una violencia discursiva en ciertos candidatos y candidatas inédita hasta entonces, que alentaba la discriminación y estigmatización de variados actores y colectivos sociales y políticos, los feminismos, las diversidades, los pueblos originarios, las personas adultas mayores, las personas con discapacidad, y a referentes de agrupaciones políticas opositoras, puntualmente pertenecientes o vinculados a propuestas populares, progresistas y transformadoras.

Esta delicada realidad, nos debe mover, en tanto espacio comprometido y reconocido con la defensa irrestricta de derechos y garantías fundamentales, en favor de los más vulnerables, a impulsar todos los consensos necesarios para recomponer el pacto democrático quebrantado por las prácticas del gobierno de Milei y sus socios, la prensa hegemónica y un sistema de justicia subordinado a los poderes fácticos, que lo sostiene y alienta.

La comunicación social, incluyendo las redes sociales, se ha convertido en una fuente de difamación y vulneración planificada de Derechos Humanos. Con medios concentrados y artificios para manipular redes sociales se opera sobre la esfera pública para pervertir la democracia a favor de grupos poderosos. No hay lawfare sin persecución mediática. Los imaginarios construidos por los medios tienen valor performativo. Ante un enemigo político al que señalan como “corrupto” no faltarán fiscales y jueces que lo pongan a recorrer Tribunales, ante un barrio que señalan como “peligroso” no faltarán policías que repriman y escarmienten a los jóvenes de la zona. Eso cuando no es aún peor y se verifica la colusión mafiosa, como en el ominoso e impune caso de “Lago Escondido”.

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