La Junta Promotora Misiones expresa su preocupación y repudio frente a un nuevo caso de violencia institucional en la comunidad

Misiones

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) Junta Promotora Misiones, expresa su preocupación y repudio.

Un nuevo caso de violencia institucional conmueve la comunidad de Misiones y de todo el país. El joven Michael Nathanael Verón cabo del ejército fue herido de gravedad en una llamada fiesta de recepción cuando celebraban su ingreso como suboficial en el regimiento de infantería de Monte 30 en la localidad de Apóstoles, Misiones. En esta fiesta el cabo Verón sufrió Graves lesiones en su columna vertebral por las cuales tuvo que ser intervenido y si bien  se encuentra estable en el día de la fecha existe una fuerte preocupación acerca de las consecuencias que podría afrontar.

Frente a la denuncia de la familia las autoridades militares resolvieron relevar a la cúpula del regimiento del ejército en Apóstoles, situación gravísima que recuerda un anterior episodio cuando Matías Chirino un joven oficial falleció después de una fiesta similar celebrada con motivo de su graduación en el regimiento correntino de Paso de los Libres.

Consideramos que es preciso erradicar este tipo de agresiones en reuniones sociales que parecen ser habituales en las Fuerzas Armadas. Se trata de una tradición con enorme contenido de violencia machista, que remite a los rituales de iniciación por los cuales se pretende habituar a los jóvenes a aceptar y reproducir gestos y conductas violentas como atributos positivos. La agresión física en un contexto celebratorio se naturaliza, como expresión de una práctica social aceptada por la comunidad.

Desde la Asamblea permanente por los Derechos Humanos Regional Misiones solicitamos el cese de estas prácticas, cargadas de un fuerte contenido de crueldad institucional. Llamamos a las autoridades pertinentes a incorporar en los reglamentos de cada una de las fuerzas la prohibición de todo acto lindante con agresiones de diverso tipo, sean físicas, psicológicas o sexuales. Se trata de violencias que además de resultar perjudiciales y dañinas para la salud del personal involucrado y para el conjunto de la fuerza, constituye una orientación formativa en valores que queremos erradicar como el machismo, la violencia institucional, la violencia física, del maltrato entre compañeros y entre personal superior y comunidad. 

Necesitamos una educación basada en los principios de los tratados internacionales de derechos humanos y en las normativas derivadas destinadas a erradicar todo tipo de Torturas, Tratos crueles, y otras penas inhumanas y degradantes del quehacer institucional y a remover los patrones socioculturales que perpetuán la cultura autoritaria del patriarcado.

Amelia Rosa Baez.  Augusto Speratti

Ada Espinola